En sus principios como estudiante de artes visuales, hacia finales de los noventa, incursionó en el Arte Digital con fotografías en blanco y negro, con temáticas de tinte social, global y ecológico. Pasados los años retomó el taller de grabado, donde comienza a explorar técnicas valiéndose de lo digital, para lograr precisión, descubriendo, a través de la abstracción, formas orgánicas y colores superpuestos transparentes que generan dinamismo. Este lenguaje lo traslada de forma analógica a sus obras en pintura acrílica, donde trabajan grandes formatos. De esa manera, sus obras pictóricas, aunque técnicamente llevan procesos diferentes, dialogan con sus obras de xilograbado sobre papel.